En un mundo de tipos de interés cero, los inversores buscan
desesperadamente rentabilidad, lo que está facilitando el acceso al mercado a
países que hasta ahora tenían el camino vetado. Tanto, que hay países al sur
del Sahara que se financian más baratos que algunos países europeos fuertemente
golpeados por la crisis.
Un ejemplo es Nigeria, que logró colocar en el mes de julio
dos emisiones de bonos denominados en dólares por un total de 1.000 millones.
La emisión recibió cuatro veces más solicitudes que la oferta de títulos, y el
bono a 10 años se colocó al 6,63%. Ese mismo día, Portugal tenía que pagar un
6,72% a los inversores para colocar sus títulos a 10 años.
Sudáfrica ya llevaba varios años emitiendo este tipo de
deuda, pero países como Angola, Costa de Marfil, Gabón, Ghana, Namibia, Ruanda,
Senegal, Seychelles o Zambia han logrado financiación de los mercados de deuda
internacionales. Sin ir más lejos, Ruanda colocó en el mes de abril deuda a 10
años al 6,8%, y Ghana en el mes de agosto colocó bonos al mismo plazo al 7,8%.
En total, más del 20% de los 48 países del Africa
subsahariana han emitido Eurobonos. Kenia, Tanzania y Uganda emitirán Eurobonos
en un futuro próximo. Los países de la región planean emitir solo este año
7.000 millones de dólares en deuda, más que los últimos 5 años juntos.
La región es la segunda de mayor crecimiento del mundo, solo
por detrás de los países emergentes de Asia, con un crecimiento del 5,2% en
2012, y una estimación prevista del 5,8% para 2013, según cálculos del Banco
Africano para el Desarrollo. La demanda doméstica ha sido el principal impulsor
de este crecimiento y eso se traduce en un fuerte desarrollo de las
infraestructuras y los proyectos de inversión pública.
Hay muchos factores que explican el interés de los
inversores por estos países. En general, son países con una reducida carga de
deuda pública (40% del PIB, de media), lo que favorece el repago de la deuda en
el futuro. Por el contrario, tienen muchas necesidades de infraestructuras que
exigen fuertes dosis de financiación pública. Según los cálculos del Banco
Mundial, la región va a necesitar gastar 93.000 millones de dólares durante los
próximos 10 años para impulsar el crecimiento de las economías y la
productividad empresarial. Pero, sobre todo, la escasa rentabilidad que en un
mundo de tipos cero ofrecen los activos considerados seguros.
Sin embargo, esto
puede estar a punto de cambiar. Como ha reconocido la propia ministra de
Finanzas de Nigeria, Ngozi Okonjo Iweala, una vez que la Reserva Federal de
Estados Unidos empiece a reducir sus compras de deuda estadounidense, la rentabilidad
de esos títulos se verá impulsada, lo que reducirá la inversión en otros
activos de mayor riesgo.
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