martes, 7 de enero de 2014

Africa se financia más barato que algunos países europeos



En un mundo de tipos de interés cero, los inversores buscan desesperadamente rentabilidad, lo que está facilitando el acceso al mercado a países que hasta ahora tenían el camino vetado. Tanto, que hay países al sur del Sahara que se financian más baratos que algunos países europeos fuertemente golpeados por la crisis.

Un ejemplo es Nigeria, que logró colocar en el mes de julio dos emisiones de bonos denominados en dólares por un total de 1.000 millones. La emisión recibió cuatro veces más solicitudes que la oferta de títulos, y el bono a 10 años se colocó al 6,63%. Ese mismo día, Portugal tenía que pagar un 6,72% a los inversores para colocar sus títulos a 10 años.

Sudáfrica ya llevaba varios años emitiendo este tipo de deuda, pero países como Angola, Costa de Marfil, Gabón, Ghana, Namibia, Ruanda, Senegal, Seychelles o Zambia han logrado financiación de los mercados de deuda internacionales. Sin ir más lejos, Ruanda colocó en el mes de abril deuda a 10 años al 6,8%, y Ghana en el mes de agosto colocó bonos al mismo plazo al 7,8%.

En total, más del 20% de los 48 países del Africa subsahariana han emitido Eurobonos. Kenia, Tanzania y Uganda emitirán Eurobonos en un futuro próximo. Los países de la región planean emitir solo este año 7.000 millones de dólares en deuda, más que los últimos 5 años juntos.

La región es la segunda de mayor crecimiento del mundo, solo por detrás de los países emergentes de Asia, con un crecimiento del 5,2% en 2012, y una estimación prevista del 5,8% para 2013, según cálculos del Banco Africano para el Desarrollo. La demanda doméstica ha sido el principal impulsor de este crecimiento y eso se traduce en un fuerte desarrollo de las infraestructuras y los proyectos de inversión pública.

Hay muchos factores que explican el interés de los inversores por estos países. En general, son países con una reducida carga de deuda pública (40% del PIB, de media), lo que favorece el repago de la deuda en el futuro. Por el contrario, tienen muchas necesidades de infraestructuras que exigen fuertes dosis de financiación pública. Según los cálculos del Banco Mundial, la región va a necesitar gastar 93.000 millones de dólares durante los próximos 10 años para impulsar el crecimiento de las economías y la productividad empresarial. Pero, sobre todo, la escasa rentabilidad que en un mundo de tipos cero ofrecen los activos considerados seguros.

 Sin embargo, esto puede estar a punto de cambiar. Como ha reconocido la propia ministra de Finanzas de Nigeria, Ngozi Okonjo Iweala, una vez que la Reserva Federal de Estados Unidos empiece a reducir sus compras de deuda estadounidense, la rentabilidad de esos títulos se verá impulsada, lo que reducirá la inversión en otros activos de mayor riesgo.

Estados Unidos pide a la eurozona estímulos a la economía



El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jack Lew, ha visitado hoy Francia, donde se ha reunido con el presidente francés, François Hollande, y con el ministro de Finanzas, Pierre Moscovici.

Jack Lew ha señalado que Estados Unidos espera que los países de la zona euro tomen medidas para estimular la economía y conseguir un aumento de la demanda y un crecimiento económico más sólido. Estas declaraciones se dan tras conocer la noticia de que en la zona euro la inflación interanual ha bajado a 0,8% en el mes de diciembre, y ante el miedo a una deflación. Lew matizó que hablar de estímulos no quiere decir que haya que dejar de lado las reformas estructurales, y no se olvidó de repetir que ellos si hacen “lo posible para estimular la demanda en Estados Unidos.


Por su parte, el ministro de Finanzas francés, sin dar ningún nombre, ha hecho un llamamiento a Alemania, afirmando que “son los países que tienen un fuerte superávit los que deben apoyar su demanda interior”.

El mes pasado, la Reserva Federal, tras cinco años inyectando liquidez en masa, ya anunció que comenzará a retirar moderadamente los estímulos a la economía. Se redujo la compra mensual de bonos de 85.000 millones de dólares a 75.000 millones, un recorte casi simbólico que marca la senda, por que en la práctica no afectará al apoyo que da a la economía.

"En vista de los avances acumulativos hacia el empleo máximo y de la mejora de las perspectivas de las condiciones del mercado laboral, el Comité decidió reducir modestamente el ritmo de sus compras de activos", explicó el Comité de Mercado Abierto de la Fed tras su última reunión del año.

Aun así, la Reserva Federal decidió mantener las tasas de interés de referencia en el mínimo histórico de entre el 0 y el 0,25 por ciento anual, tal como hace desde finales de 2008.

Una política "adecuada" que continuará, señaló el comunicado de la Fed, hasta que la tasa de desempleo de EEUU no baje del 6,5 por ciento. 

lunes, 6 de enero de 2014

El papel del gasto público en las políticas macroeconómicas

Se define como gasto público las erogaciones en que incurren el conjunto de entidades estatales de un país. El gasto público comprende las compras y gasto que un estado realiza en un periodo determinado, que por lo general es de un año. El gasto público es uno de los elementos más importantes en la política económica de un país, que le permite moldearla según los objetivos que se quieran alcanzar.

El gasto público puede influir en la economía en diferentes aspectos, principalmente a nivel macroeconómico.

  • Empleo. El gasto público es una importante fuente de generación de empleo. La economía se puede acelerar o desacelerar según el estado decida gastar más o menos. La producción de un país puede verse fuertemente influida por el gasto público, lo que tiene efecto sobre el nivel de empleo.
  • Ahorro. El gasto público puede afectar el nivel o capacidad de ahorro de la población, en vista a que el gasto público está financiado, en general, por ingresos procedentes de impuestos. Al incrementar los impuestos, se reduce la capacidad de ahorro de la población.
  • Inversión. Como la inversión depende en buena parte del nivel de ahorro de la población, al disminuirse la capacidad de ahorro, se afecta a la capacidad de invertir. Si no se ahorra, no habrá recursos para invertir.
  • Inflación. El gasto público puede presionar al alza los precios al aumentar la demanda de bienes y servicios por encima de la oferta.
  • Revaluación de la moneda. El gasto público puede influir en el comportamiento de la moneda frente a otras divisas, en la medida en que el gasto público sea financiado con crédito externo. El ingreso de divisas producto de la adquisición de créditos puede conducir a que la moneda local se fortalezca.
  • Déficit fiscal. Naturalmente, el gasto público es responsable directo en el incremento o disminución del déficit fiscal de un país, en la medida en que se gaste más o menos de lo que se ingresa.

Como observamos, el gasto público es una de las más importantes herramientas a la hora de implementar ciertas políticas macroeconómicas, pero sus efectos son tanto positivos como negativos.

Los gobiernos pretenden impulsar la economía incrementando el consumo por la vía del gasto público, sin embargo, si miramos el origen de los recursos que el gobierno gastará, vemos que en realidad se reduce en quitarle dinero a un sector para que el otro lo gaste.

El dinero que el gobierno usará para incrementar el gasto público procede de deuda pública y de los impuestos, que suelen verse incrementados. Al aumentar la carga tributaria al contribuyente, lo que se hace es quitarle dinero a este para que el estado lo gaste, y el efecto sería el mismo que si el contribuyente lo gastara, lo que en buena parte desvirtúa las razones de este tipo de políticas.

Supongamos un contribuyente que tiene unos ingresos de 100€ y el estado le quita 20€ para incrementar su gasto público. En este caso el estado gastará 20€, pero a la vez el contribuyente dejará de invertir 20€, luego, el resultado final será cero.

Y si a esto le sumamos el hecho de que el estado es un pésimo gestor, concluimos que se tendrá un mayor efecto en la economía si dejamos que el gasto lo haga el contribuyente y no el estado, por que el estado despilfarrará casi todos los recursos, mientras que los contribuyentes le darán un mejor uso, como la inversión privada productiva

En nuestro país, el gasto público es uno de los más bajos de la Unión Europea. España destina un 38,6% del PIB al gasto público, mientras que la media de la Unión Europea se sitúa en el 46,8% del PIB. España solo es superada por tener el menor gasto público por países como: Estonia (33% del PIB), Lituania (34%), Irlanda (34,2%), Rumanía (35%), Bulgaria (37,1%), Letonia (37,2%) y Eslovaquia (37,7%).
Por el contrario, los países con mayor gasto público son: Suecia (56% del PIB), Francia (53%), Hungría y Dinamarca (52%) e Italia (50%).

El principal gasto público es el social (pensiones, coberturas por discapacidad, enfermedad y desempleo). En nuestro país, el gasto social ocupa el 36,6% del gasto público, mientras que la media de la Unión Europea destina un 41,9% del gasto total al gasto social. Las retribuciones de los funcionarios es otra importante partida de gasto, en nuestro país este gasto ocupa el 26% del gasto público total, muy por encima de la media europea, que se sitúa en un 22,8%. Por último, el consumo de bienes y servicios es similar en España que en la media europea, siendo en nuestro país del 13% del gasto total, y la media de la Unión Europea del 13,7%.

viernes, 3 de enero de 2014

¿Cómo se sostiene el país más endeudado del mundo?

Observando la lista de los países más endeudados del mundo, resulta curioso observar como Japón se sitúa a la cabeza en deuda pública, con un 245,4% de deuda sobre el PIB, muy por delante de países de la Eurozona como Grecia, con un 179,5% de deuda sobre el PIB; Italia, con un 130,6% de deuda sobre el PIB; o nuestro país, con un 91,8% de deuda sobre el PIB.

 El secreto nipón para poder sostener una deuda tan elevada está en sus acreedores, que son, en su mayoría, entidades nacionales. De los 8,5 billones de euros (más de un trillón de yenes) que adeuda Japón, solo el 8,7% pertenece a acreedores internacionales, es decir,a su deuda pública externa. Esto permite a Japón no depender tanto de los mercados.
 

Esta elevada deuda es consecuencia de las políticas de estímulo fiscal y monetario llevadas a cabo por el primer ministro japonés Shinzo Abe, conocidas como “Abenomics”. El objetivo es acabar con la deflación y alcanzar el 2% de inflación para final de año. Pero el crecimiento nipón ha sufrido una desaceleración durante el año. Aunque en el primer trimestre registró un crecimiento del PIB del 3,8%, en el segundo trimestre fue del 2,6%, y en tercer trimestre, el crecimiento del PIB fue del 1,9%.

La duda sobre si Japón podrá pagar toda esa deuda también la planteó el economista Xavier-Sala i Martin, dudando de la fórmula mágica japonesa. Para ello, Shinzo Abe implantará una subida de impuestos como el IVA, que subierá del 5% al 8%. Otra de las medidas tomadas por el primer ministro, fue la depreciación del yen frente al dólar, en un 20%. Esta depreciación del yen redujo el precio de las exportaciones, haciéndolas más atractivas para los compradores internacionales. Hace unos días, Toyota elevó su pronóstico de ganancias para todo el año en un 12%. Otras empresas, como Honda o Hitachi, también están beneficiándose de un yen depreciado.

Pero esta política keynesiana de inversión pública no está teniendo los resultados esperados, ni tan siquiera a corto plazo. No se han conseguido resultados apreciables en términos de producción, demanda y creación de empleo. Las consecuencias de esta política económica son la creación de una burbuja en los precios de los activos, la creación de deuda a ritmos exponenciales y el sostenimiento de un déficit público por encima del 9% del PIB.